viernes, 2 de noviembre de 2012

Hacer crecer el cerebro con la meditación

Un estudio del Instituto de Neurociencia de Harvard dice que la práctica de la meditación puede modificar la estructura del cerebros favoreciendo un grosor del córtex, implicado en importantes funciones cognitivas como la memoria, la atención, la conciencia perceptiva o el lenguaje. Según dicha investigación, se paliarían algunos de los efectos del envejecimiento que afectan a nuestro cerebro.

La ínsula, con un círculo verde a la izquierda, y las áreas prefrontales, 
rodeadas en azul a la derecha, eran más gruesas en los meditadores.
Un estudio del Instituto de Neurociencia de Harvard dice que la práctica de la meditación puede modificar la estructura del cerebros favoreciendo un grosor del córtex, implicado en importantes funciones cognitivas como la memoria, la atención, la conciencia perceptiva o el lenguaje. Según dicha investigación, se paliarían algunos de los efectos del envejecimiento que afectan a nuestro cerebro.

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Científicos de Harvard Medical School han descubierto que una práctica regular de la meditación también puede alterar la estructura de nuestros cerebros. Un equipo dirigido por Sara Lazar Ph.D., neurocientífica en el Massachusetts General Hospital y profesora de psicología en la HMS, han observado que la meditación aumenta del grosor de las regiones del cerebro asociadas con la atención y el procesamiento de la información sensorial. Utilizando imágenes de resonancia magnética (MRI), el grupo de la Dra. Lazar evaluó el grosor del córtex cerebral en 20 personas con amplia experiencia en la meditación interior, una forma de meditación que centra la atención en las experiencias internas.


Aunque anteriores investigaciones en monjes ya demostraron que la meditación puede conducir a largo plazo a una alteración de las ondas cerebrales, el equipo de la Dra. Lazar ha lanzado la hipótesis de que a largo plazo la práctica de meditación también puede dar lugar a cambios en la estructura física del cerebro, posiblemente debido a un mayor uso de regiones específicas del cerebro. De hecho, se ha encontrado que las regiones del cerebro asociadas con la atención, interocepción (sensibilidad a estímulos que se originan dentro del cuerpo), y el procesamiento sensorial eran más gruesas en los practicantes de meditación de lo que eran en otros controles paralelos. Estas áreas incluyen el córtex pre frontal, que es responsable de la planificación de comportamientos cognitivos complejos, y la ínsula anterior derecha, que se asocia con las sensaciones corporales y las emociones.

Según la Dra. Lazar, "las regiones del cerebro asociadas con la atención y el procesamiento sensorial resultan ser más gruesas en los meditadores que en otros controles. Estos resultados proporcionan la primera evidencia de que existen alteraciones en la estructura cerebral asociadas con la práctica de la meditación”.

La meditación y la capacidad cognitiva

El córtex cerebral, formado por cuatro lóbulos (occipital, parietal, temporal y frontal), está implicado en muchas funciones cognitivas de orden superior, incluyendo la memoria, la atención, la conciencia perceptiva y el lenguaje.

En apoyo a la hipótesis de los investigadores es el hecho de que el patrón de engrosamiento cortical se corresponde con las actividades específicas que los practicantes de esa meditación introspectiva a la que se dedican repetidamente a lo largo del tiempo: prestando atención a la respiración y a la sensación de los estímulos sensoriales. A la mayoría de dichos meditadores les crece el grueso del córtex. Ella lo compara con levantamiento de pesas para formar músculos más grandes y fuertes.

Envejecimiento, meditación y cerebro

Quizás uno de los aspectos más intrigantes de la investigación de la Dra. Lazar es el hallazgo de que el grosor cortical estaba más pronunciado en los sujetos de mayor edad. Un número de factores, incluyendo la edad, el sexo y la genética, influyen en el espesor de la corteza cerebral humana, aunque la edad es el factor principal. A pesar de los efectos del envejecimiento en el córtex pre frontal, la Dra. Lazar y su equipo encontró que el espesor medio cortical en dos regiones del córtex en meditadores de 40-50 años de edad era similar al espesor medio de los demás sujetos de control de 20-30 años de edad. Esto sugiere que la meditación puede ralentizar la velocidad de degeneración neuronal en ubicaciones específicas de la córtex.


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http://www.hms.harvard.edu/hmni/On_The_Brain/Volume12/OTB_Vol12No3_Fall06.pdf

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