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| Goldie Hawn en la presentación del libro “10 Minutos Conscientes” |
La meditación en las aulas como nuevo enfoque de "aprendizaje emocional": las escuelas canadienses en la vanguardia de la inclusión de la psicología en el plan de estudios. Unas 175 escuelas del Canadá y otras 75 de Estados Unidos ya aplican dichos programas. (Artículo aparecido en CBC NEWS, 22 de agosto 2012, por Richard Handler)
Cuando los niños vuelvan a la escuela en septiembre, algunos encontrarán que sus profesores no sólo se centran en el desarrollo de su intelecto, sino también su "músculo mental", para ayudar a los cerebros de los adolescentes a lidiar mejor con el mundo digitalizado de hoy en día.
Parece que a medida que nuestra cultura actual se vuelve más frenética, algunas escuelas están tratando de rediseñar la educación para que, por lo menos, los niños sean mejor preparados para funcionar en medio de un constante bombardeo de mensajes de los medios y utilidades con todos sus enloquecedores estímulos.
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A los alumnos de Vancouver, de párvulos hasta octavo grado, así como en casi 175 escuelas de Canadá y otras 75 de los EE.UU., se les está dando adiestramiento para sus cerebros, según un artículo recién aparecido en Scientific American Mind.
Para potenciar lo que la revista llama fuerza muscular mental, estos ejercicios cerebrales son promocionados a fin de que los estudiantes puedan fortalecer así su capacidad para mantener la concentración y "perseverancia".
Resulta que el estrés crea una gran barrera para el aprendizaje, según los científicos cognitivos (y, francamente, el sentido común). Por tanto, en lugar de sólo escuelas que promuevan un trabajo duro, los fundamentos y las tres R, hay un nuevo enfoque pedagógico llamado "aprendizaje social y emocional" (social and emotional learning)- SEL para abreviar - haciendo de las suyas.
En un programa llamado MindUP, que está siendo promovido por la actriz y celebridad Goldie Hawn a través de su fundación, a los niños de la escuela primaria se les enseña a seguir la respiración con ejercicios de "atención plena", que son, básicamente, a escala reducida, versiones de meditación a medida de los chicos. Su objetivo es desarrollar lo que se denomina "conciencia sin prejuicios", para enseñar a un niño como quedarse con un pensamiento o sentimiento en vez de resistir a la tentación de huir de él. Eso es bastante difícil para un adulto, y aún más para un niño.
A los estudiantes también se les enseña estrategias de "gratificación diferida" y de "auto-regulación" - condiciones psicológicas que se utilizan para reemplazar palabras más pasadas de moda como autocontrol y paciencia. El objetivo de estos ejercicios es desarrollar la "función ejecutiva", otro nuevo término para definir la correcta gestión de nuestros pensamientos y sentimientos.
Esto ocurre, anatómicamente hablando, en la corteza pre frontal, que es la última porción del cerebro que se desarrolla plenamente en los seres humanos, y a menudo no hasta bien entrados en los veinte años.
Si esos ejercicios ayudarán a convertir a los niños en unos pequeños fríos Barack Obama, bueno, está por ver. Entre los investigadores hay una controversia acerca de qué cantidad se fija realmente de ese tipo de entrenamiento cognitivo temprano.
Los resultados positivos de los programas de educación de recuperación en los EE.UU., como Head Start, han demostrado “una decadencia" cuando los niños han regresado a sus clases regulares.
Sin embargo, de acuerdo con los optimistas de MindUP y otros promotores, los primeros resultados parecen esperanzadores, al menos a corto plazo. ¿Hay porqué enojarse? Por supuesto, es muy posible que toda esta verborrea de que el cerebro marca un cambio cultural ocurra, de nuevo, ante nuestras propias narices.
Los contraculturales años sesenta, por ejemplo, se nos ha dicho que dieron luz a nuestros pensamientos y sentimientos inhibidos. La represión era el enemigo, la negación un pecado. La expresión de la emoción verdadera y cruda incluso se convirtió en una categoría política considerada "auténtica". Así que estaba perfectamente bien enojarse, y aquellos a los que gritábamos se lo merecían de todos modos.
Entonces se descubrió que la expresión “torrente de ira” podía ser útil en algunos casos, se si aplicaba selectivamente. Pero ¿y hacer de ello un hábito? Los psicólogos descubrieron que la ira sólo engendraba el deseo de expresar más rabia.
De hecho, el conjunto de la teoría de la válvula de escape de las emociones terminó siendo revisada. La mente no era un caldero hirviente que tenía que ser aireado en ocasiones por seguridad.
Pero en aquellos embriagadores días (¡qué recuerdos!) no parecía haber ningún límite a la glorificación de los impulsos y lo que deseábamos hacer para satisfacer nuestras necesidades. Además, nuestros crecientes anhelos generacionales seguramente ayudaron a mantener el ritmo de la economía.
Pero ahora, al menos en algunos lugares, hay un anhelo de anticuados modelos de rasgos como la madurez, la personalidad y el dominio de sí mismo, a menudo envueltos en las alforjas de la ciencia social y la gestión.
Tener en buen funcionamiento la "función ejecutiva" es ahora visto como un beneficio neto para todos los implicados -y bueno para la salud a largo plazo, según lo que sugieren los estudios actuales.
Eso significa que todos deben convertirse ahora en engominados directores generales bajo nuestra mente si queremos graduarnos y deshacernos de esas primitivas pantallas de las emociones. La discreción y la madurez deben ser valoradas, reenvasados y enseñarse de nuevo en nuestras escuelas. Dejad que los niños sean niños
Ahora, he oído decir en programas de entrevistas, que todas estas cosas SEL – esas divertidas respiraciones y ejercicios de gratitud (como escribir cinco cosas cada día sobre lo que estás agradecido) - son sólo otra forma de amortiguar los espíritus de los niños que tienen demasiada energía para estar quietos.
Por un lado se dice que a esos niños se les deben enseñar estrategias de pacificación a fin de convertirlos en criaturas amables dispuestos a aprender de los maestros. Por otro, se dice que hay que darles una gimnasia real, no gimnasia para el cerebro, un ejercicio físico con el que dejen fuera la tensión diaria.
Dejen que los niños sean niños, como dijo un oyente perplejo que yo escuché en la radio pública estadounidense. El problema es que todo eso es verdad. Claro que los niños necesitan ser niños. Pero también les tienen que ser enseñadas estrategias para aprender y para concentrarse.
Durante largo tiempo de práctica de la educación, los maestros han sido reemplazados por padres abrumados por hacer una labor de creación de personalidad y de valores para sus hijos.
Así que cuando su hijo regrese de la escuela hablando de sus regiones cerebrales - como la de la amígdala, el grupo de neuronas en forma de almendra que funciona como una cámara de compensación para las emociones, o la del córtex pre frontal, el centro para la función ejecutiva - piense en éste como otro signo más del complejo mundo de hoy, con todos sus mensajes a menudo contradictorios.
No son sólo los padres y los maestros los que deben negociar entre los polos del deseo y de la moderación, sino todos nosotros. Así que respire profundamente y cuente hasta 10 antes de responder a esta columna.
Resulta que el estrés crea una gran barrera para el aprendizaje, según los científicos cognitivos (y, francamente, el sentido común). Por tanto, en lugar de sólo escuelas que promuevan un trabajo duro, los fundamentos y las tres R, hay un nuevo enfoque pedagógico llamado "aprendizaje social y emocional" (social and emotional learning)- SEL para abreviar - haciendo de las suyas.
En un programa llamado MindUP, que está siendo promovido por la actriz y celebridad Goldie Hawn a través de su fundación, a los niños de la escuela primaria se les enseña a seguir la respiración con ejercicios de "atención plena", que son, básicamente, a escala reducida, versiones de meditación a medida de los chicos. Su objetivo es desarrollar lo que se denomina "conciencia sin prejuicios", para enseñar a un niño como quedarse con un pensamiento o sentimiento en vez de resistir a la tentación de huir de él. Eso es bastante difícil para un adulto, y aún más para un niño.
A los estudiantes también se les enseña estrategias de "gratificación diferida" y de "auto-regulación" - condiciones psicológicas que se utilizan para reemplazar palabras más pasadas de moda como autocontrol y paciencia. El objetivo de estos ejercicios es desarrollar la "función ejecutiva", otro nuevo término para definir la correcta gestión de nuestros pensamientos y sentimientos.
Esto ocurre, anatómicamente hablando, en la corteza pre frontal, que es la última porción del cerebro que se desarrolla plenamente en los seres humanos, y a menudo no hasta bien entrados en los veinte años.
Si esos ejercicios ayudarán a convertir a los niños en unos pequeños fríos Barack Obama, bueno, está por ver. Entre los investigadores hay una controversia acerca de qué cantidad se fija realmente de ese tipo de entrenamiento cognitivo temprano.
Los resultados positivos de los programas de educación de recuperación en los EE.UU., como Head Start, han demostrado “una decadencia" cuando los niños han regresado a sus clases regulares.
Sin embargo, de acuerdo con los optimistas de MindUP y otros promotores, los primeros resultados parecen esperanzadores, al menos a corto plazo. ¿Hay porqué enojarse? Por supuesto, es muy posible que toda esta verborrea de que el cerebro marca un cambio cultural ocurra, de nuevo, ante nuestras propias narices.
Los contraculturales años sesenta, por ejemplo, se nos ha dicho que dieron luz a nuestros pensamientos y sentimientos inhibidos. La represión era el enemigo, la negación un pecado. La expresión de la emoción verdadera y cruda incluso se convirtió en una categoría política considerada "auténtica". Así que estaba perfectamente bien enojarse, y aquellos a los que gritábamos se lo merecían de todos modos.
Entonces se descubrió que la expresión “torrente de ira” podía ser útil en algunos casos, se si aplicaba selectivamente. Pero ¿y hacer de ello un hábito? Los psicólogos descubrieron que la ira sólo engendraba el deseo de expresar más rabia.
De hecho, el conjunto de la teoría de la válvula de escape de las emociones terminó siendo revisada. La mente no era un caldero hirviente que tenía que ser aireado en ocasiones por seguridad.
Pero en aquellos embriagadores días (¡qué recuerdos!) no parecía haber ningún límite a la glorificación de los impulsos y lo que deseábamos hacer para satisfacer nuestras necesidades. Además, nuestros crecientes anhelos generacionales seguramente ayudaron a mantener el ritmo de la economía.
Pero ahora, al menos en algunos lugares, hay un anhelo de anticuados modelos de rasgos como la madurez, la personalidad y el dominio de sí mismo, a menudo envueltos en las alforjas de la ciencia social y la gestión.
Tener en buen funcionamiento la "función ejecutiva" es ahora visto como un beneficio neto para todos los implicados -y bueno para la salud a largo plazo, según lo que sugieren los estudios actuales.
Eso significa que todos deben convertirse ahora en engominados directores generales bajo nuestra mente si queremos graduarnos y deshacernos de esas primitivas pantallas de las emociones. La discreción y la madurez deben ser valoradas, reenvasados y enseñarse de nuevo en nuestras escuelas. Dejad que los niños sean niños
Ahora, he oído decir en programas de entrevistas, que todas estas cosas SEL – esas divertidas respiraciones y ejercicios de gratitud (como escribir cinco cosas cada día sobre lo que estás agradecido) - son sólo otra forma de amortiguar los espíritus de los niños que tienen demasiada energía para estar quietos.
Por un lado se dice que a esos niños se les deben enseñar estrategias de pacificación a fin de convertirlos en criaturas amables dispuestos a aprender de los maestros. Por otro, se dice que hay que darles una gimnasia real, no gimnasia para el cerebro, un ejercicio físico con el que dejen fuera la tensión diaria.
Dejen que los niños sean niños, como dijo un oyente perplejo que yo escuché en la radio pública estadounidense. El problema es que todo eso es verdad. Claro que los niños necesitan ser niños. Pero también les tienen que ser enseñadas estrategias para aprender y para concentrarse.
Durante largo tiempo de práctica de la educación, los maestros han sido reemplazados por padres abrumados por hacer una labor de creación de personalidad y de valores para sus hijos.
Así que cuando su hijo regrese de la escuela hablando de sus regiones cerebrales - como la de la amígdala, el grupo de neuronas en forma de almendra que funciona como una cámara de compensación para las emociones, o la del córtex pre frontal, el centro para la función ejecutiva - piense en éste como otro signo más del complejo mundo de hoy, con todos sus mensajes a menudo contradictorios.
No son sólo los padres y los maestros los que deben negociar entre los polos del deseo y de la moderación, sino todos nosotros. Así que respire profundamente y cuente hasta 10 antes de responder a esta columna.
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Las escuelas incluyen entrenamientos de atención, perseverancia y control emocional
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El aprendizaje social y emocional
está
diseñado para dar forma a habilidades
fundamentales como la atención y el
ejercicio
de auto-control. En un programa, los niños
aprenden a concentrarse, y
al control de su respiración.
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[Abstract de Scientific American Mind, número de junio de 2012]
Los científicos, los políticos y las celebridades están rehaciendo las escuelas como gimnasios para el cerebro, donde los maestros construyan músculo mental para la atención, la perseverancia y el control emocional.
Una niñita de cabello oscuro adornada con un vestido marrón con falda de crinolina se sienta tranquilamente en la alfombra delante de sus compañeros de clase de párvulos, sus botas de color rosa, salpicadas de destellos, quedan bien ocultas bajo sus piernas. Empuñando una varilla metálica pequeña, hace sonar un triángulo. Tras ese tañido, sus compañeros de clase unen sus manos como una taza, con el dorso de una mano en la palma de la otra, cierran los ojos, se callan, y proceda a no decir y a no hacer aparentemente nada.
Los minutos pasan. Entonces la chica caprichosamente golpea el triángulo por segunda vez. Los niños abren los ojos, y tras una pausa, una dulce y aguda "gracias" surge de la niña y regresa a su lugar entre sus compañeros de clase.
Cuatro datos: escolarizando en autocontrol
Algunos investigadores y educadores creen que la escuela debe perfeccionar las habilidades psicológicas denominadas funciones ejecutivas, que son necesarias para planificar y llevar a cabo una actividad dirigida a objetivos.
Los problemas de aprendizaje afectan a un gran número de niños no porque sean poco inteligentes sino porque tienen problemas para concentrarse o para seguir frente a la frustración.
Un enfoque desapasionado sobre el presente –el mindfulness- ayuda a evitar el estrés y puede mejorar la función cerebral. Pensar sobre el pensamiento, conocido como metacognición, puede dar a los niños un mejor control sobre la forma en que pensamos y sentimos de manera que puedan mejorar el aprendizaje.
ENLACES
CBC News: http://www.cbc.ca/news/technology/story/2012/08/21/f-vp-handler-schools-brain-lingo-sel.html
The Hawn Foundation: http://thehawnfoundation.org/
Scientific American Mind: http://www.scientificamerican.com/article.cfm?id=schools-add-workouts-for-attention-grit-emotional-control
Training to Rise: http://www.to-rise.net
Dojo Zen Tenko: http://meditarzen.blogspot.com
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